José Luis Górriz, nefrólogo, sobre los hábitos que dañan los riñones: "Mantener la presión en niveles saludables es clave"

José Luis Górriz, nefrólogo, ha puesto el foco en los hábitos cotidianos que pueden dañar los riñones sin que muchas personas sean conscientes, durante su intervención en el pódcast Tus Amigas las Hormonas. Un mensaje claro y directo que apunta a problemas muy extendidos, como la hipertensión, el sobrepeso o el abuso de ciertos fármacos.

El especialista explica que la presión arterial elevada es uno de los principales enemigos del riñón, incluso cuando no provoca síntomas evidentes. “Usted tiene que tener 13/8 como máximo”, señala, insistiendo en que la hipertensión sostenida daña de forma progresiva los pequeños vasos sanguíneos renales. El riñón, recuerda, es “un ovillo de vasos”, por lo que cualquier alteración del flujo sanguíneo tiene consecuencias directas en su funcionamiento.

Otro factor de riesgo habitual es la diabetes mal controlada. Górriz subraya la importancia de vigilar los niveles de glucosa y parámetros como la hemoglobina glicosilada, ya que la combinación de diabetes e hipertensión multiplica el riesgo de insuficiencia renal. En este sentido, insiste en que el seguimiento médico y el control metabólico no son opcionales, sino fundamentales para preservar la salud renal a largo plazo.

El tabaco ocupa también un lugar destacado entre los hábitos perjudiciales. El nefrólogo advierte de que fumar provoca vasoconstricción, lo que reduce el riego sanguíneo del riñón y acelera su deterioro. “No fumar, por favor”, recalca, recordando que el daño vascular asociado al tabaco afecta de lleno a órganos tan sensibles como los riñones.

El sobrepeso es otro de los grandes problemas silenciosos. Según explica, el exceso de peso genera hiperfiltración renal, aumenta la reabsorción de sodio y favorece la aparición de hipertensión. Todo ello obliga al riñón a trabajar por encima de sus posibilidades durante años, lo que puede acabar pasando factura en forma de enfermedad renal crónica.

Especial atención merece el uso de antiinflamatorios. Górriz alerta de que el consumo habitual de estos fármacos puede resultar tóxico para el riñón, ya que interfieren en sus mecanismos de autorregulación. “Producen como un ahogamiento de las arterias del riñón”, explica, advirtiendo de que su uso crónico puede provocar isquemia y pérdida progresiva de función renal.

Frente a estos riesgos, el mensaje del nefrólogo es claro y práctico: ejercicio físico regular, control estricto de la presión arterial y la diabetes, evitar el tabaco y limitar el uso de antiinflamatorios. Pequeños cambios en el día a día que, según subraya, pueden marcar una gran diferencia en la salud de unos órganos esenciales que suelen dar la cara cuando el daño ya está avanzado.